En estos tiempos que corren hemos dejado a Dios de lado en nuestras vidas, difícilmente se Le menciona o se recurre a Él cuando tenemos problemas y, mucho menos, se Le agradecen los bienes recibidos.
En política se Le ha expulsado de los discursos y los mítines, tampoco se acuerdan de Él en el congreso y en el senado. Lamentablemente jamás se Le menciona y si lo hacen es de forma irreverente o para rebatir Sus mandamientos. El mundo ha creído ser más listo y piensa que hace mejor las cosas que nuestro Creador, de este modo se redactan leyes anticatólicas, y por ello, leyes totalmente injustas que se piensa erróneamente que benefician a un colectivo, pero que indiscutiblemente perjudican a este y al resto de la sociedad. Lo que siempre ha estado bien hoy dicen que está mal, mientras que lo moralmente perverso lo justifican hasta el punto de defender que está bien.
Hemos elegido al becerro de oro de modo que dios es hoy el dinero, el poder, la lujuria, el independentismo, o personajes tan surrealistas como Messi o Maradona…
El adviento ha dejado de ser para muchos el comienzo del año litúrgico y la Navidad la celebración, en familia, del nacimiento de nuestro Creador en un humilde portal de Belén. El consumismo depravado y las comilonas han ocupado ese lugar.
Pero en ocasiones aparecen héroes, heroínas en este caso, dispuestos a romper con lo políticamente correcto. En la inauguración del tradicional Belén navideño, ubicado en la sede de la Comunidad, en la madrileña Puerta del Sol la presidente madrileña pronunció unas emocionantes palabras: “Por el nacimiento de Cristo medimos los siglos”… “Dios se hizo hombre”… “la Epifanía es la manifestación de Dios a todas las razas” incluso llegó acertadamente a identificar Occidente con “la Cristiandad”. Sin dudarlo este mensaje navideño es lo más profundo que se ha oído a un político en muchos años.
Luis Abeleira