La preciosísima sangre de Jesús
Julio nos abre la puerta a una devoción silenciosa, profunda y poderosa: la de la Preciosísima Sangre de Cristo. No es un símbolo ni una metáfora. Es Sangre real, viva, derramada con dolor, amor y propósito. Cada gota brotó del mismo Dios hecho hombre, en la agonía del Huerto, durante la flagelación, con la corona…