Un mes más estamos a la espera de la formación del gobierno de España, reforzando nuestras oraciones por los políticos para que Dios los ilumine y actúen en aras del bien de nuestro país.
Dios todo lo puede; tengamos Fe en su Providencia y confianza en su respuesta, teniendo presente que sólo los tiempos de Dios son perfectos, como nos recuerda S. Pedro (2 Pedro 1, 8-9)
Catequesis 33. El combate de la oración
Audiencia General del Papa Francisco, 12 de mayo de 2021.
En la misma nos dirige a El Catecismo (2725-2745), para comprender que la oración supone un esfuerzo, un combate y una lucha contra nosotros mismos y contra las astucias del Tentador que ponen en duda la utilidad o la posibilidad misma de la oración.
Incidiendo en que orar es siempre posible, incluso una necesidad vital. Oración y vida cristiana son inseparables.
Y él mismo nos relata una experiencia cercana sobre el poder de la oración.
“Me viene a la memoria una cosa que viví de cerca, cuando estaba en la otra diócesis. Había una pareja que tenía una hija de nueve años, con una enfermedad que los médicos no sabían lo que era. Y al final, en el hospital, el médico dijo a la madre: “Señora, llame a su marido”. Y el marido estaba en el trabajo; eran obreros, trabajando todos los días. Y dijo al padre: “La niña no pasará de esta noche. Es una infección, no podemos hacer nada”. Ese hombre, quizá no iba todos los domingos a misa, pero tenía una fe grande. Salió llorando, dejó a la mujer allí con la niña en el hospital, tomó el tren e hizo los setenta kilómetros de distancia hacia la Basílica de la Virgen de Luján, la patrona de Argentina. Y allí —la basílica estaba ya cerrada, eran casi las diez de la noche— él se aferró a las rejas de la Basílica y toda la noche rezando a la Virgen, combatiendo por la salud de la hija. Esta no es una fantasía, ¡yo lo he visto! Lo he vivido yo. Combatiendo ese hombre allí. Al final, a las seis de la mañana, se abrió la iglesia y él entró a saludar a la Virgen: toda la noche “combatiendo”, y después volvió a casa. Cuando llegó, buscó a su mujer, pero no la encontró y pensó: “Se ha ido. No, la Virgen no puede hacerme esto”. Después la encontró, sonriente que decía: “No sé qué ha pasado; los médicos dicen que ha cambiado así y que ahora está curada”.
Añadiendo, “la oración hace milagros, porque la oración va precisamente al centro de la ternura de Dios que nos ama como un padre. Y cuando no se cumple la gracia, hará otra que después veremos con el tiempo. Pero siempre es necesario el combate en la oración para pedir la gracia. Sí, a veces nosotros pedimos una gracia que necesitamos, pero la pedimos así, sin ganas, sin combatir”
1 de noviembre: Todos los Santos
2 de noviembre: Conmemoración de todos los fieles difuntos
15 de noviembre: S. Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia
21 de noviembre: presentación de la Santísima Virgen
26 de noviembre: Jesucristo, Rey del Universo
30 de noviembre: S. Andrés, apóstol.
Os recordamos que en este mes es posible ganar la indulgencia plenaria por un difunto:
- Asistiendo a misa y pidiendo por su alma el 2 de noviembre, día de los difuntos
- Visitando devotamente un cementerio, orando por el difunto, entre los días 1 y 8 de noviembre
Junto con el cumplimiento de las condiciones generales para la obtención de la indulgencia plenaria.