Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice.

Empezamos un nuevo mes y un nuevo año. Desde reza por un Político deseamos que hayas pasado una estupenda Navidad, a pesar del interés de cargársela de nuestros gobernantes, junto a tus seres queridos y un feliz estreno de este 2022. Dejamos atrás dos años cuanto menos extraños con la esperanza de que el año nuevo termine de una vez por todas con esta situación de la que cada día que pasa estamos más confundidos y tenemos menos información. Y es que cada vez hay más evidencias de que eso es lo que pretenden nuestros políticos y sus fieles desinformadores.

En diciembre hubo controversia en Cataluña porque el govern se negó a aplicar una resolución judicial que obliga a las escuelas a dar un 25% de las clases en castellano. Es habitual que la Generalitat haga lo que le da la gana, saltándose todas las reglas de juego. Si los juzgan y condenan nuestro querido presidente les concede la amnistía mientras que, si son inhabilitados, los recolocan en puestos privilegiados a costa del contribuyente.

Lo más grave es que los discursos de odio en contra de la familia que ha tenido el valor de pedir que se cumpla la sentencia, en Cataluña hay que tener mucho dada la situación, han surgido desde la misma institución. El consejero de Educación de la Generalitat, Josep Gonzàlez-Cambray, visitó el colegio y en lugar de condenar las amenazas a la familia y mostrar su repulsa, compareció para mostrar su apoyo a la dirección del colegio, acusar a la justicia de “romper la convivencia” y negarse a contestar en castellano a las preguntas realizadas por los medios de comunicación.

Mientras, un tal Jaume Fábrega, quien se presenta en las redes como escritor y consultor gastronómico, propuso literalmente apedrear la casa del menor: «¡Me apunto a ir a apedrear la casa de este niño! Que se vayan fuera de Cataluña. No queremos supremacistas castellanos que nos odian», escribió.

En el plano nacional el precio de la luz, los carburantes, la cesta de la compra y los impuestos no paran de encarecerse. Curiosamente nadie sale a las calles a manifestarse. Cabe recordar que cuando, cumpliendo una sentencia judicial, encerraron a un rapero por sus discursos de odio y salidas de tono, las ciudades de toda España ardieron. Lo mismo ha pasado en Cataluña varias veces por los políticos presos y los fugados.

Ante estas subidas, un ministro comunista con la carrera de economía pretende acabar con la pobreza fabricando más dinero; el mismo que propone una huelga de juguetes para que, según él, estos dejen de ser sexistas.

Mientras tanto las restricciones y pérdidas de libertad continúan adelante. En la mayoría de comunidades se ha impuesto un pase que coarta el acceso a los que carecen de él a los servicios de hostelería, ocio nocturno, transportes, museos, residencias de mayores e incluso hospitales. Lo cierto es que, tanto los que disponen de dicho pase como los que no, enferman y contagian de igual manera. Según la televisión gran parte de la población está a favor de que dicha discriminación se efectúe, sería necesario recordarles que el último pase sanitario que  impuso el socialismo en Europa, allá por los años 40, se saldó con seis millones de muertos.

Nuestro gobierno no tuvo reparo alguno en actuar contra la Constitución, declarando Estados de Alarma que se han demostrado inconstitucionales, advirtiendo, soberbiamente en lugar de rectificar y pedir perdón, que volvería a hacerlo. Un Gobierno que no respeta las leyes con las que se pretende mejorar la convivencia, nos está avisando de que pretende modificarlas para incrementar su control y dominio sobre la población.

Lo mismo sucedió en Getafe donde Alba Leo, concejal de dicho ayuntamiento, amenazó a Abogados Cristianos después de que una sentencia judicial concluyera que, su asquerosa guía sexual que ataca a la Virgen María, vulneró hasta dos derechos fundamentales de los niños.

Queda claro que la democracia como fundamento de gobierno es una aberración que dice que el poder lo detentan las mayorías y que, sencillamente por serlo, ya tienen razón y poder suficiente para aprobar cualquier resolución dando igual si es buena o mala para el conjunto de la sociedad.

De ese modo se ha introducido en la sociedad leyes aberrantes como el aborto, la eutanasia y la ideología de género. Cabe recordar que no es asesino solamente el que mata, también el que colabora en el crimen, el que señala a quién matar, el que legisla para permitir este asesinato, el que encubre o esconde al homicida, el que vota al asesino…

No en vano Leonardo Castellani, sacerdote, escritor y periodista dijo en una ocasión que la democracia debería ser llamada demogresca, y Charles Maurras dijo de ella que es la guerra civil incruenta.

No hace mucho tiempo pretendíamos que los delincuentes cumpliesen unas penas acordes con la gravedad de sus delitos, y que las víctimas merecían nuestras mejores atenciones; a los inmigrantes les podíamos exigir lo mismo que nos exigían a nosotros en el extranjero, y  caso de que apareciesen sin causa grave menores en nuestra patria, lo mejor era devolverles a su país con sus familias. O que si una mujer denunciaba por maltrato a un hombre, tenía que probar la acusación, sin presuponer que todo hombre maltrata a la mujer.

Hubo un tiempo en el cual, si te gustaban los toros o la caza, podías ir a los toros o a cazar sin que por ello te llamasen asesino; duras palabras que deberían reservarse para quienes matan a sus hijos antes de nacer. Hubo un tiempo en que no nos interesaba lo más mínimo lo que sexualmente hiciera cada cual en su intimidad, mientras no nos obligasen a aplaudirles. Tiempos extraños en que no era problema la comunidad a la que pertenecías, nos unía el ser españoles por encima de nuestras diferencias.

Tanto el liberalismo cómo el marxismo, las izquierdas y las derechas, el conservadurismo y el progresismo, comparten los mismos errores sobre la naturaleza y la libertad humana.

Hoy las alarmantes cifras de paro se camuflan creando empleo público y pagando ertes, todo ello a costa del contribuyente. De este modo se consigue al mismo tiempo bajar las cifras del paro y comprar votos. Como es natural la inflación se ha disparado un 5,5%, mientras que la deuda ha alcanzado este año la espeluznante cifra del 122,8% del PIB. A pesar de todo el gobierno saca pecho diciendo que aumentará las pensiones un 2,5%, cuando en realidad se deprecian un 3%.

Decía Eric Arthur Blair, ​​más conocido por su seudónimo de George Orwell, novelista, periodista, ensayista y crítico británico nacido en la India y conocido por su novelas distópicas Rebelión en la granja y 1984: “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice”. Pensemos en ello cuando toque visitar las urnas.

Luis Abeleira y todo el Equipo de Reza por un Político

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